CONCLUSIÓN 2

Exclusión de la comunidad

El problema

Las personas que se encuentran en mayor riesgo de verse afectadas por un desastre no participan en las decisiones sobre cómo reducir su propio riesgo.
Apenas el 16% de las personas en situación de riesgo se sienten incluidas en la evaluación de las amenazas, la preparación de políticas y planes y la adopción de medidas para reducir las amenazas.

Datos clave

Muchas comunidades no creen que los gobiernos locales las incluyan en la evaluación de las amenazas, la preparación de políticas, planes y acciones y la adopción de medidas para reducir los riesgos.
Sólo el 31% de los miembros de la comunidad dicen que se los incluye en la supervisión de la eficacia de las intervenciones de reducción del riesgo de desastres.
La exclusión exacerba la vulnerabilidad de las personas por no estar al tanto de los recursos valiosos a los que pueden acceder antes, durante y después de los desastres.
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«El gobierno local a veces me provee alimentos, pero no se incluye a la comunidad en los planes ni el presupuesto».

— Adiri Zarik, Kampala, Uganda

Perspectiva

El artículo 7 del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres establece que:

«Los gobiernos deben interactuar con los actores pertinentes, entre ellos las mujeres, los niños y los jóvenes, las personas con discapacidad, los pobres, los migrantes, los pueblos indígenas, los voluntarios, la comunidad de profesionales y las personas de edad, en el diseño y la aplicación de políticas, planes y normas».

Pero en muchos países, esto no sucede. Las palabras escritas en los documentos de políticas no se corresponden con la acción sobre el terreno.

Por ejemplo, en Pakistán, el 53% de los funcionarios del gobierno local que encuestamos admitió que nunca incluyeron a las comunidades en ninguna consulta. En el mismo país, el 82% de las personas con discapacidad, y el 97% de las mujeres, dijeron que nunca se los había incluido en los procesos de gobernanza del riesgo.

En términos más positivos, en Filipinas, sólo el 3% de los funcionarios del gobierno local dijo que no consultan a las comunidades cuando preparan políticas, planes y medidas. El 36% de las personas con discapacidad y el 30% de las mujeres expresaron que no se les consultaba en lo que respecta a la preparación de políticas, planes y medidas.

La utilización de los conocimientos locales y la participación de las comunidades en la gestión del riesgo de desastres no sólo mejora la identificación de los riesgos, sino que también genera un sentimiento de pertenencia y conciencia a nivel local.

Por ejemplo, un proyecto en Tanzania permite que los miembros de la comunidad participen mediante el envío de mensajes SMS con información sobre la infraestructura de abastecimiento de agua averiada a los ingenieros del distrito y a los medios locales de comunicación.3 Esto ayuda a que las autoridades locales rindan cuentas, garantizando que los problemas de agua y saneamiento se aborden de manera eficaz y eficiente.

Los datos de Visión de Primera Línea muestran que los gobiernos locales tienen ideas muy diferentes a las de los miembros de la comunidad en cuanto a lo que se necesita para abordar las inundaciones.

Por ejemplo, los representantes de la comunidad destacan los programas de agua y saneamiento y la mejora de la gestión de desechos como prioridades para reducir el impacto de las inundaciones. En cambio, los representantes del gobierno local priorizan el desarrollo de las zonas costeras y el establecimiento de comités.

Excluir a las comunidades implica no tener en cuenta su propio conocimiento acerca de sus vulnerabilidades, lo que significa que las medidas adoptadas para hacer frente a una amenaza pueden ser menos eficaces.

Incluso dentro de una comunidad, los diferentes grupos tienen prioridades distintas. Por ejemplo, las mujeres pueden desempeñar funciones distintas a las de los hombres, los pueblos indígenas pueden valorar más su patrimonio cultural y los agricultores y pastores pueden tener opiniones diferentes sobre la utilización de los ecosistemas que los rodean.

Los gobiernos deben facilitar que las comunidades y las organizaciones de base participen de manera significativa en los procesos de toma de decisiones y en los programas de reducción del riesgo de desastres, de modo que se pueda captar la diversidad de estos puntos de vista y no se deje a nadie atrás.

El plazo para alcanzar la Meta E del Marco de Sendai se acerca rápidamente. Esta meta busca que se elaboren estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de desastres para el 2020. La inclusión de la comunidad es fundamental para garantizar no sólo que las estrategias estén en marcha, sino también que aborden las necesidades reales en forma eficaz.

Por ejemplo, en la comunidad de Namwongo en Kampala (Uganda), los gobiernos locales y la comunidad han identificado amenazas muy diferentes. Mientras que los gobiernos destacaron la caída de cenizas y las congestiones de tráfico como amenazas clave, la comunidad se enfocó en el cambio climático, y en los conflictos y la inseguridad. Un plan local que no tenga en cuenta estas cuestiones, no responderá eficazmente a las necesidades de las personas para las que se elabora.  

 

Todos los datos de Visión de Primera Línea están disponibles para el público en línea con opciones para desglosarlos por país, tipo de encuestado y más. También puede conocer la metodología de la encuesta.

Referencias y fotos

Foto (arriba): Juliet Kabugo, de 42 años, vive en Namwongo, un barrio carenciado de Kampala. Participó en la encuesta «Visión de Primera Línea» en Uganda. La comunidad se enfrenta a las amenazas de las inundaciones, la pobreza, el desempleo y las enfermedades. Esta madre de cinco hijos dice: «No tenemos agua potable para beber, por lo que las personas padecen enfermedades, en especial los niños». Créditos: Jjumba Martin/GNDR

Foto y cita (arriba): Zarik Adiri, de 30 años, también vive en Namwongo. Zarik, participante de Visión de Primera Línea, lava la ropa de otras personas para ganarse la vida. Ella dice: «Las organizaciones locales deben proporcionar el empoderamiento y las necesidades básicas para garantizar que se nos escuche». Créditos: Jjumba Martin/GNDR

Referencias

3 https://assets.publishing.service.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/286476/12-1289-reducing-risks-of-future-disasters-report.pdf